No es ùnica en el andèn, muchos otros tambièn disfrutan
de la espera, conversan entre sì, cuentan historias...
mientras viven
Llegar tarde empezò a ser su rutina, esperar el pròximo
tren se transformò en el viaje, ese era el viaje, la espera...
toman cafè...algunos se abrazan y
se anìman a cambiar de ruta...ya no quieren ir,
desean volver.
Estàn los que persiguen el trèn que los dejò varados,
no hay caso, siguen en una persecuciòn sin alcance posible. y asì pierden otras conversaciones ...otros
cafès...otros abrazos; claro que seràn diferentes màs
no iguales, pero mientràs, corren los instantes tàl vèz
surja algo que lo ùna en la espera...
A veces la costumbre nos hace perder oportunidades
y cuando se nos escapa el trèn que nos hubiera llevado
a ese lugar soñado...despertamos y tardamos en darnos
cuenta que hay màs horarios y nuevos trènes arribaràn
y de clausurarse su arribo tenemos la opciòn de la espera.
mcd.
