viernes, 3 de noviembre de 2017

El día que te merezca. POR RISTO

El día que te merezca.

El día que te merezca seré una persona increíble. El día que te merezca seré, de lo bueno, lo mejor. Me admirarás casi tanto como yo te admiro, me envidiarás casi tanto como yo a ti hoy. Los pajaritos se dejarán de cantar babosadas, las nubes se levantarán cachondas perdidas y las vírgenes suicidas abandonarán sus dos vocaciones de un polvazo y sin dilación. Todo eso el día que yo te merezca, todo eso el día que tú te merezcas algo como yo.
El día que te merezca habré hecho tanto por ti como lo que tú ya has hecho por mí. Poner cara de que estás conmigo cuando nadie más lo está. Y ponerla hasta partírtela si hace falta por cualquier tontería indefendible que se me caiga de la boca. Hacer ver que tengo razón aún cuando ya hace rato que me la quitan de las manos, oiga. Y aflojármela un poco cuando ya hacía tiempo que se me estaba atragantando. Nuestra amistad dará por fin balance cero, pero un cero con muchos unos a su izquierda y bien relleno de aparentes sobras, como todo buen relleno.
Y es que el día que te merezca, al resto del mundo, que le den. Esta sensación de no llamarte ni oírte ni verte lo suficiente no creo que desaparezca, pero como mínimo tendré claro que a ti también te compensa.
Ya sé que nada cambiará demasiado por tu parte el día que te merezca. Seguirás sin exigir tu cambio, como hasta ahora. Seguirás al otro lado de mis cosas, como hasta siempre. Con la distancia prudencial del que viaja todo el trayecto por el carril de al lado, exactamente a la misma velocidad, seguramente hacia cualquier destino menos el mío. Pero mira, igual para entonces ya me siento mejor, por estar dando a la altura de lo que llevo recibiendo durante todo este tiempo.
Mientras tanto, tendrás que conformarte con lo que hay. Mientras tanto, tendrás que perdonarme si sigo siendo fecha en tu calendario, inversión al cero por ciento de interés, llamada perdida de tanto en tanto que te recuerda que tenemos que quedar, y ese encuentro esporádico con todas las garantías de poder retomar las cosas justo en el punto donde las dejamos.
Ahora que lo pienso, es difícil que llegue el día en que te merezca. La entropía no deja de ser la religión de la naturaleza, la asimetría, su liturgia, y lo natural, este equilibrio caótico entre cosas muy desequilibradas que tienden a desordenarse juntas. Y las personas, las relaciones, las amistades y hasta las cosas más descojonantes, como la pareja, representan equilibrios jodidamente inestables, imposibles, contradictorios… aunque necesarios.
Corte al final de mi película favorita. Un tipo va al psiquiatra y le cuenta, oiga, mi amigo cree que es una gallina. Y el psiquiatra le pregunta y por qué no me lo trae. El hombre contesta, no puedo, necesito los huevos.
A lo que iba.
El día que te merezca te llamaré amigo.
El día que te merezca, te llamaré.

jueves, 2 de noviembre de 2017

a la deriva.

A ciegas và la mente, a la deriva
buscando a tientas un rostro presentido,
lo vislumbra , persigue y atraparlo
le asume todo un tiempo... sin sentido.
Es la noche que apura los latidos,
el silencio se ahonda en lo perdido,
encausar la mente en su desvìo
desistir al comprobarlo tan prohibido.
Celebro el dìa ya amanecido
en su lugar mente y latidos
correctamente todo  repartido,
monotonìa brutal llena de olvido
a la espera de algùn sueño compartido.
mcd.


Amar

Asì como se ama a cada instante, sin medidas, porque amar 
no tiene un tiempo ni un espacio definido.
No se puede amar màs o menos, hoy te amo màs...mañana quizàs un poco...
No!!! amar es la intensidad exàcta..exàctamente sin lìmites.
mcd.

domingo, 29 de octubre de 2017

Escribirte

En este instante ahì quisiera escribirte, ahì en ese melàncolico paisaje que se ajusta
tanto a mì sentir de ausencias, no importa la ciudad pero si es Londres solo decirlo
la niebla se me adentra al alma y me lleva a descifrarla.
Las letras que te digo solo debes sentirlas puès no hay otra forma de entenderlo,
la vista no es cosa que me guìe, acostumbrada ya a imaginarte y solo asì poder tenerte.
No puedo escribir aquello que no veo pero no importa no es lo que deseo
la niebla es densa y el dìa muy nublado solo puedo decir por lo que siento
Tù me ves, me lees y crees conocerme màs en tù error te dejo y te comento:
has probado imaginar mis besos...no, tù has visto mis labios .
has intentado adentrarte en mi mirada...tampoco, tù solo has visto mis ojos.

probaste las caricias de mis manos...mil veces no.
y los dìas y noches que me has negado...sabes tù si tal vèz habrè llorado.
y por pudor no puedo ni escribirlo todo aquello que te he dado...
y ahora empezò a llover y yo te extraño y vos aùn sin conocerme
creyendo que una imagèn o tal vèz esa melodìa es aquello que espero cada dìa.
nada de eso...te espero a vos, a tu silencio que me cuenta màs, a tu ausencia
que me hace imaginar, ahì es donde te quiero y te echo, te llamo y te tengo,
te vàs y te traigo, ahì sos mio...aunque no vuelvas ...estas conmigo.
me contaràs realidades...no es necesario, yo te veo...no todo es tan privado
y mis celos de saber que estàs en otros mares...y saber que negarlo ya no puedes
desilucionarme aùn no has podido y eso que ya lo has intentado
tu silencio es tu carga...tù cobardìa, no conoces mi fuerza y mi entereza 
para poder soportar cualquier tormenta que me aleje si es que tù asì lo deseas.